EL CARBON O COMO DESENTERRAMOS LA LUZ SOLAR
Sin el sol, centro de nuestro sistema planetario, la vida sería imposible sobre la Tierra. El Sol es fuente de toda energía y de la vida misma. Todas las transformaciones que el hombre realiza sobre nuestro planeta las lleva a cabo utilizando fuerzas que el Sol ha contribuido a poner a su disposición. La madera, el carbón y el petróleo no existirían sin el concurso del Sol. El agua que impulsa nuestras industrias no correría por las laderas de las montañas y por los valles si no hubiera sido antes transformada en vapor por la acción solar. Y el viento que mueve nuestros molinos no existiría si el Sol no hubiese antes caldeado las capas de la atmósfera. Únicamente la fuerza gigantesca contenida en el interior de los átomos puede considerarse, hasta cierto punto, como independiente de la energía solar.
Aún hoy, en que el petróleo y la fuerza hidráulica contribuyen poderosamente al desenvolvimiento de nuestras industrias; aún hoy, repetimos, en que se estudia la posible aplicación, para fines industriales, de la ingente energía atómica, e incluso de la fuerza de las mareas, de la energía cósmica y de la luz solar, el carbón sigue siendo uno de los principales medios de que el hombre dispone para transformar las materias primas en sustancias útiles.
El maravilloso florecimiento industrial de algunas naciones de Europa durante el siglo xix se debió, indudablemente, al hecho de disponer dichos países de carbón y hierro. Estos minerales, concretamente, han sido los verdaderos artífices del gran desenvolvimiento industria] de Inglaterra.
El carbón nos proporciona calor durante el invierno, y con gas procedente de este mineral preparamos, muchas veces, nuestros alimentos. En su mayoría, los trenes que utilizamos están movidos por carbón. Gran parte de la electricidad producida en el mundo se genera mediante carbón. El hierro lo extraemos del mineral que lo contiene, mediante el carbón. Parte de la gasolina que utilizamos, y que conocemos con el nombre de gasolina sintética, se ha obtenido a partir del carbón. Del carbón obtenemos también colorantes, delicados perfumes, valiosas medicinas, poderosos explosivos, fertilizantes, textiles, insecticidas y un gran número de otros productos. Claro está que en la elaboración de todas estas sustancias intervienen también otras materias.
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