¿Por qué cuando hacemos girar una luz nos produce la impresión de un círculo de fuego?


Cuando el color blanco y el negro se encuentran en iguales proporciones, aquél vence a éste, porque el color blanco es algo positivo, en tanto que el negro es sencillamente la ausencia de toda luz.

Algunos de nuestros lectores habrán visto, sin duda, esos trompos pintados de blanco y negro, que nos muestran exactamente lo que ocurre cuando se hace girar una luz para producir un círculo de fuego. Los discos de esos trompos aparecen completamente blancos cuando se los hace girar ante una luz intensa, porque nuestros ojos retienen el color blanco mientras pasa ante ellos el negro, y hasta que vuelve a presentarse el blanco nuevamente. Y las líneas negras describen círculos negros, porque nuestros ojos se impresionan de igual modo. La explicación de estos fenómenos es que las imágenes persisten en nuestros ojos durante un cuadragésimo de segundo después de desaparecer los objetos que las produjeron. Si hacéis girar el disco en la oscuridad, y proyectáis sobre él una luz repentina, que brille y se extinga casi instantáneamente, lo veréis como si estuviese en reposo, es decir, mitad blanco y mitad negro, y con trozos de círculos en vez de círculos enteros.

Hemos tenido ocasión de presenciar una numerosa reunión de personas, atónitas al contemplar el anterior experimento. Nuestros ojos ven lo que tienen realmente delante, y cuando la luz se extingue, aunque la imagen persiste por algún espacio de tiempo, no pueden ver nada más, porque la luz desaparece. Esto nos prueba que el disco no experimenta la menor variación mientras gira, y que los que nos engañan son nuestros propios ojos. Lo mismo sucede con todos los colores cuando se los hace girar, como podemos ver en el disco coloreado que ilustra el principio de Newton. Nuestros ojos siguen viendo el mismo color cuando se le superpone otro nuevo, y los mezclan, con lo cual nos hacen ver un tercero, que es el resultado de la unión de ambos.