¿Cómo sabe el navegante el rumbo que debe seguir en alta mar?


Durante muchos siglos, el marino que se aventuraba en el mar hasta perder de vista las costas, no tenía más guía que las estrellas. Mientras se ven, las estrellas sirven de orientación al navegante. Desde todo el hemisferio Norte de la Tierra, donde ha habitado siempre la parte más numerosa de la humanidad y existieron las naciones más grandes de los tiempos pasados, puede verse siempre, si el cielo está despejado, la Estrella del Norte, o Estrella Polar, que ambos nombres recibe, la que indica la situación del polo Norte; y claro es que, una vez sabido esto, todas las demás direcciones nos son ya conocidas.

Hay poderosas razones para suponer que, como en otros muchos casos, la Estrella Polar ha cambiado de posición, aun dentro de la treintena de siglos, por lo menos, pasados desde que la observan los hombres. Hoy no marca precisamente el Norte, pero debió de señalarlo con exactitud algún día. Todo el mundo sabe, además, que al presente se sirven los marinos de la brújula y el sextante para orientarse en el mar.