COMO SE CONSERVAN LOS ALIMENTOS


Los grandes descubrimientos geográficos de principios de la Edad Moderna originaron largos viajes marítimos, en los cuales uno de los principales problemas fue el abastecimiento de comestibles para las tripulaciones, resuelto con el acopio de salazones y galleta.

Las salazones de carnes y pescados fueron, durante mucho tiempo, el alimento tradicional de la gente de mar; pero como este procedimiento de conservación era grosero, muy imperfecto, la carne sufría prontas alteraciones, perdía muchas de sus propiedades nutritivas, adquiría una consistencia dura y correosa, y se tornaba pesada e indigesta; las salazones de pescado, principalmente el bacalao, que es excelente alimento muy rico en ázoe y que admite todo género de condimentos, tienen el inconveniente, por lo mismo que la conservación se obtiene por la desecación, de absorber la humedad, reblandecerse y adquirir un olor y un gusto poco agradables, por lo que sólo podían llevarse en buenas condiciones en viajes cortos y colocándolas en un lugar del buque ventilado y seco.

Las coles, en tiempos no muy remotos, tuvieron mucha aceptación entre los hombres de mar y se llevaban en los buques, agrias o fermentadas, porque se les atribuían virtudes antiescorbúticas. Como tales las consideraron los célebres navegantes y exploradores Cook y Malaspina, quienes las utilizaron en sus notables viajes de circunnavegación y las recomendaron calurosamente.