EL MARAVILLOSO SENTIDO DEL OÍDO
Los sentidos que nos ponen en comunicación con el mundo exterior, son: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Hoy en día, sin embargo, se sabe que la palabra tacto es insuficiente, pues la piel tiene además del tacto otras varias sensibilidades; a la sensibilidad táctil debemos, en efecto, añadir por lo menos la del calor, la del frío y la del dolor.
Existe además una sensibilidad que nos informa permanentemente del funcionamiento de nuestros órganos, de la posición de nuestros miembros, secreción de glándulas, etc., y que se distingue de los verdaderos sentidos en que, en condiciones normales, no tenemos noción consciente de ellos.
Desde luego podemos decir que, por lo que al cerebro en sí mismo respecta, el cuerpo forma parte del mundo exterior. Esta sensibilidad, procede de los distintos órganos del cuerpo, de los músculos, de las articulaciones y de ciertos admirables canalículos que contiene el oído y de los que vamos a tratar en particular más adelante por su importancia.
Vamos ahora a estudiar los sentidos uno a uno, empezando por el del oído.
Sabemos que en el cerebro existe una región determinada relacionada con la sensibilidad acústica, o sea el sonido, a la que se denomina “centro auditivo”. Esta región está dividida en dos zonas, situadas una en el lado derecho y otra en el izquierdo de la superficie externa del cerebro.
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