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LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y LA POLÍTICA En un sentido más limitado, es la Administración todo el poder ejecutivo, tanto en sus altas funciones políticas como en las puramente ejecutivas o de mera aplicación y cumplimiento de las leyes. Pero la acepción más exacta y usual es la que considera la Administración como la rama del poder ejecutivo encargada de promover los intereses públicos, mantener el orden, evitar el mal y realizar el bien. Así se diferencia de la Política, en que ésta comprende la alta dirección del Estado en su parte general llevada a cabo por los estadistas, y la Administración es la actividad detallada a cargo de los funcionarios técnicos. La Política investiga la producción nacional y, en vista de la necesidad de abrir corrientes a la exportación, concierta con los otros Estados las bases de los tratados; y la Administración de las naciones contratantes ejecuta estos tratados y los hace observar en todos sus detalles. La Política declara la guerra, y la Administración la organiza y la hace. Con razón sobrada nota Bluntschli que esta separación y aun oposición, según pretenden algunos autores, es muy elástica. El hombre de Estado necesita tomar datos de la Administración y remitirse a ella constantemente; y muchos actos administrativos toman con frecuencia carácter político por su importancia. Afirman notables tratadistas que la Política y la Administración deben vivir separadas, fundándose en la errónea doctrina de que la primera se refiere principalmente a las personas y la segunda debe ocuparse sólo en las cosas. Errónea distinción, hemos insinuado, porque ni el campo de la Administración es tan sólo el de las cosas, ni puede prosperar ni desenvolverse la una sin la otra. No puede haber buena Administración, como opina el Sr. Posada Herrera, donde la Política no ha creado instituciones libres y bastan. te robustas para garantir el orden y asegurar la acción eficaz del Estado en la esfera administrativa. Deben marchar unidas la Política y la Administración en su desenvolvimiento, prestándose mutuo auxilio; pero han de desarrollarse con independencia completa en cuanto a las personas encargadas de llevarlas a la práctica. La Política debe partir del país y hallarse en las Cortes, en las asambleas provinciales y municipales, y en la función propia del Jefe del Estado; y la Administración debe correr a cargo de órganos técnicos, mejor dicho, de funcionarios técnicos agrupados en tantos cuerpos como operaciones constituyan la Administración pública.
2014 - Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano Siglo XIX. Aviso Legal