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INDEPENDENCIA DE LA ADMINISTRACIÓN Y EL PODER POLÍTICO No se concibe una Administración perfecta sin la separación de las funciones que corresponden a los poderes legislativo y judicial de las puramente administrativas; sin la incompatibilidad más absoluta entre los cargos de la administración y los legislativos; sin la independencia de los cuerpos administrativos, base de la responsabilidad judicial de todos y cada uno de los empleados; sin la seguridad del funcionario, la cual ha de nacer del ingreso por la exclusiva razón del mérito, aquilatado en la oposición, y seguir por la inamovilidad mas completa en tanto se porte bien el empleado. Nada más desmoralizador y de más perniciosos resultados que la compatibilidad de los cargos administrativos y el de diputado, que convierte los congresos en viveros de empleados. Y no lo es menos la facultad concedida al jefe del Poder ejecutivo o a los ministros de nombrar y destituir libremente a los empleados, facultad o atribución que pone a estos en condiciones de dependencia y los convierte en servidores de quien los nombra. Por esto y por la absurda jerarquía administrativa son los funcionarios públicos, en la mayor parte de las naciones de Europa, serviles agentes de la voluntad del Gobierno, desprovistos de independencia individual y privados de libre arbitrio; se ha introducido en los servicios administrativos la obediencia ciega, que hasta en el ejército tiene sus límites, como observa Vivien. Es necesario que los partidos políticos no se dejen sentir en la vida de la Administración, produciendo un cambio del personal de los servicios públicos a cada cambio de Gobierno, si los funcionarios han de servir al país en vez de ser agentes de la política imperante. El ideal de una buena Administración es llegar a lo que dice Fischel de la de Inglaterra: “La vida de los partidos no tiene influencia sobre los funcionarios administrativos. Es la administración inglesa como una base de bronce sobre la que se puede colocar uno u otro ministerio sin el peligro de que la aplaste; sea jefe del Gobierno Rusell Derby, el pedestal permanece inalterable”.
2014 - Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano Siglo XIX. Aviso Legal