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ACUEDUCTO DE PYRGOS EN CONSTANTINOPLA El acueducto de Pyrgos, cerca de Constantinopla, es un ejemplo notable de las obras de esta clase construidas en los últimos tiempos del imperio romano. Consta de dos alineaciones casi en ángulo recto, circunstancia por la cual se le llamaba el acueducto acodado, para distinguirlo de otro, denominado el acueducto largo, situado cerca del manantial de las aguas. El lado mayor tiene 200 metros de largo y 32 de altura en su parte más elevada. Compónese de arcos que se van superponiendo hasta formar tres hileras en lo más hondo del valle, de mayor vano los de arriba en cada hilera para ahorrar material y peso sin disminuir la solidez de la obra. Las dos hileras superiores consisten en arcos apuntados; sirviendo esta circunstancia para determinar la fecha de la construcción, pues estos últimos no entraron en uso hasta el siglo décimo. El ancho del edificio en la base es de 6 metros y disminuye progresivamente por ambos lados hasta la rasante, dónde tiene 3,34 metros. Las pilas están reforzadas con tajamares en la base. El otro lado del acueducto tiene 190 metros de largo con 12 arcos semicirculares. Este acueducto se hizo para conducir a Constantinopla las aguas del valle de Belgrado, uno de los manantiales principales de que se abastecía la ciudad. Estos están situados en las alturas del monte Hemo, en la extremidad de los Balcanes que domina el Mar Negro. El agua brota, a unas 15 millas de la ciudad, entre 3 y 4 millas al O. de la aldea de Belgrado, en 3 manantiales que corren por valles estrechos y profundos. Estos se unen un poco más abajo de la aldea y desaguan en un gran depósito; a una o dos millas se aumenta el caudal con otras dos corrientes y todas juntas van por un canal de piedra hasta el acueducto acodado; después al largo, y luego a otro tercero denominado de Justiniano. De éste entran en un conducto abovedado que faldea los cerros, y cruzan un ancho valle, dos millas más abajo del acueducto de Justiniano, por medio de otro acueducto con doble hilera de arcadas de preciosa construcción. Sigue el conducto su curso en línea tortuosa hasta llegar al depósito de Egricapán, situado en las mismas murallas ce la ciudad. Desde este punto el agua recorre los diferentes barrios, pasando también al depósito de Santa Sofía, que abastece al serrallo del Gran Señor. El acueducto largo es más imponente por su extensión que el acodado, pero es muy inferior por la irregularidad de su traza y la disposición de los materiales. Evidentemente es obra de los Turcos. Consiste en dos hileras de arcos, la baja con 48 y la alta con 50. Su longitud total es de 660 metros y la altura de 24.
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