LAS ISLAS BRITÁNICAS
El archipiélago británico, en cuyo suelo se asienta la cabeza del poderoso Commonwealth, es decir, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, así como la República de Irlanda, constituyen un vasto conjunto insular que se extiende desde las Shetland, a los 60° 52' de latitud Norte, hasta las Scilly, a los 49°53' de la misma latitud; de Este a Oeste, el suelo británico abarca desde 1°46' de latitud Este hasta los 8°38'30" de latitud Oeste.
Las Islas Británicas están separadas de la costa firme europea por las aguas del mar del Norte y del canal de la Mancha; en tanto que la costa irlandesa es bañada por el Atlántico; el canal del Norte, el mar irlandés y el canal de San Jorge separan a las dos islas mayores del archipiélago, Irlanda y Gran Bretaña. Otras islas importantes del conjunto de las británicas son las de Wight, Hébridas, Orcadas, Shetland y Man. Más de cincuenta y cuatro millones de habitantes se distribuyen en todo el territorio cuya área suma unos 315.000 kilómetros cuadrados. De estos últimos, unos setenta mil corresponden a la República de Irlanda, y más de 240.000 al Reino Unido. En cuanto a la población, la república irlandesa sólo encierra unos tres millones, y el Reino Unido sobrepasa los 51.000.000. La región más poblada es Inglaterra, en la que viven más de 41.000.000 de personas.
La isla de Gran Bretaña está muy próxima a las costas del continente europeo: la distancia es sólo de poco más de 30 kilómetros en el estrecho de Dover, o paso de Calais.
El suelo británico está dividido en tres regiones con características propias, tanto geográficas cuanto étnico-históricas. Dichas regiones son, de Norte a Sur, Escocia, Inglaterra y Gales. En Escocia es donde se encuentra la región de los highlands, o tierras altas de Caledonia, separadas por el Glen More, un largo y estrecho corte en cuyo fondo yace un lago; el hombre ha completado la obra de la Naturaleza, y dos canales artificiales ponen en comunicación las aguas del mar del Norte con las del océano Atlántico a través de esa estrecha vía.
También es escocesa la región de los lowlands, tierras bajas que se extienden de Glasgow a Aberdeen y de Air hasta Edimburgo, y cuyas costas forman los estuarios del Forth y del Clyde, respectivamente.
Esas son las zonas de tierras bajas en las que el mar penetra profundamente. Todo el país de Gales se halla surcado de montañas: los Montes Cambrios.
Más al sur del Glen More comienzan las primeras estribaciones de los uplands, o tierras elevadas, en verdad una meseta cuyo borde meridional lo forman los monte Cheviot; una cadena longitudinal de viejas montañas de cimas redondeadas por la erosión prolonga hacia el sur el relieve de la isla: son los montes Peninos, cuya altura máxima apenas sobrepasa los ochocientos metros.
Hacia el oriente de estas alturas se extiende la región lacustre del Cumberland, una de las más pintorescas de Inglaterra. El país de Gales une a la profunda sugestión de su pasado la que emana de sus verdes valles, encerrados entre colinas de escasa elevación, que dan a todo el territorio la configuración de una como enorme cancha para juego de golf; los montes de Gales constituyen el macizo oro-gráfico con cuyas estribaciones tropieza el viajero en toda esta región. Como característica general de toda la isla de Gran Bretaña, cabe destacar que en ella no existe ninguna mole montañosa de gran altura; el pico de mayor elevación es el Ben Nevis, en los highlands escoceses, que apenas sobrepasa los 1.300 metros.
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