LA PINTURA A TRAVÉS DE LOS SIGLOS XIX Y XX


Tan cuerto es que el arte influye en la vida de los pueblos como que ésta queda reflejada en las obras de arte que ellos producen. Así vemos que durante el siglo xix la idea de libertad encarnada en todos los sectores de la sociedad, la emancipación de algunas clases y de algunas naciones, los derechos del individuo proclamados intangibles, el desarrollo de la industria en gran escala, con todas las consecuencias que ello trajo en la vida de las ciudades, y el prestigio que alcanza la ciencia positiva, etc., crean un estado de cosas que condiciona la nueva fisonomía de los artistas. Éstos empiezan a trabajar para sí mismos, dan rienda suelta a su visión personal de las cosas, gozan con el placer de expresarse. Desde luego, esta emancipación no se realiza sin dificultades. Las escuelas y academias ven al principio con preocupación que sus mejores alumnos tienden a abandonar los cánones clásicos, y así ellas terminan por constituirse en organizaciones para custodiar el pasado, con lo cual declaran la guerra a toda innovación. Entonces los pintores de talento se ven puestos al margen de la ley y el academicismo, antes abierto a todos, queda reservado para los mediocres. Por otra parte, como el público tampoco acepta enseguida las novedades, estos pintores de talento no tienen su apoyo y se ven de pronto sin el beneplácito de sus maestros y sin el favor de los espectadores. La actitud individualista que han asumido les acarrea la responsabilidad de bastarse a sí mismos e iniciar una dura lucha. Así resulta particularmente difícil el estudio del arte de este siglo, porque en él hallamos el comienzo de un fenómeno que llegará a su extremo en el siglo xx, pues hay tantos tipos de arte como artistas.