CUBA LIBRE Y SUS GRANDES FIGURAS
Estados Unidos de América estaba grandemente interesado en la causa cubana, y los acontecimientos se precipitaron cuando ocurrió la voladura del acorazado estadounidense Maine en el puerto de La Habana el 15 de febrero de 1898. El Maine había sido enviado por Estados Unidos para proteger a los ciudadanos de este país residentes en Cuba, cuyas vidas estaban en peligro a consecuencia de los continuos motines que se suscitaban. Fue entonces cuando el Congreso de Estados Unidos, con la presidencia de McKinley, resolvió juntamente lo siguiente: 1. Que el pueblo de la isla de Cuba es, y de derecho debe ser, libre e independiente. 2. Que el gobierno de España renunciará a su autoridad y retirará sus fuerzas terrestres y navales de Cuba. 3. Que el presidente de Estados Unidos utilizará las fuerzas terrestres y navales de la Nación para llevar a efecto estas resoluciones. 4. Que Estados Unidos niega toda intención de ejercer soberanía sobre dicha isla y afirma su determinación de dejar el gobierno de ésta a su pueblo.
Quedaba, pues, declarada la guerra entre Estados Unidos y España. Tres meses después de la declaración estadounidense, el 12 de agosto de 1898, se firmó el protocolo de paz, y el 11 de abril de 1899 se ratificó el Tratado de París, por el cual se estipulaba:
“España renuncia todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba.
“En atención a que dicha isla, cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por Estados Unidos, éstos, mientras dure su ocupación, tomarán sobre sí y cumplirán las obligaciones que, por el hecho de ocuparla, les impone el Derecho Internacional para la protección de vidas y haciendas.
“España pondrá en libertad a todos los prisioneros de guerra y a todos los detenidos o presos por delitos políticos como consecuencia de las insurrecciones en Cuba.
“España y los Estados Unidos de América renuncian mutuamente a toda reclamación de indemnización nacional o privada, de cualquier género, de un gobierno contra otro o de sus súbditos o ciudadanos contra el otro gobierno que pueda haber surgido desde el comienzo de la última insurrección en Cuba.
“España renuncia en Cuba a todos los edificios, muelles, cuarteles, fortalezas, establecimientos, vías públicas y demás bienes inmuebles que, con arreglo a derecho, son de dominio público.
“Los españoles residentes en los territorios cuya soberanía cede o renuncia España, estarán sometidos, en lo civil y en lo criminal, a los tribunales del país en que residan, con arreglo a las leyes comunes que regulan su competencia.
“Queda entendido que cualquier obligación aceptada por Estados Unidos con respecto a Cuba, está limitada al tiempo que dure su ocupación en esta isla, pero al terminar dicha ocupación, aconsejarán al gobierno que se establezca en la isla que acepte las mismas obligaciones.”
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