LA HAZAÑA DE HERNANDO DE MAGALLANES
La fórmula divisoria adoptada por el papa Alejandro VI en 1493 asignaba a las coronas de Castilla y de Portugal, respectivamente, las tierras descubiertas y por descubrir al oeste y al este de una línea imaginaria. Portugal, indiscutiblemente, tenía por tal motivo asegurado el dominio de la India, y España el de América. Empero, la India era una comarca mucho más rendidora que América, y los navíos portugueses, siguiendo por los mares de Oriente, habían llegado ya a enfrentar las costas de Malaca. El pensamiento de Hernando de Magallanes, como veremos, consistió en arribar al mismo punto marchando en sentido contrario, esto es, rodeando a América en la misma forma que Vasco de Gama lo hiciera con África.
Los cálculos decíanle que las Molucas, ese paraíso de la nuez y del clavo, caían en la jurisdicción de los reyes de Castilla; era natural, en consecuencia, que la proposición del viaje fuera formulada al monarca castellano, y no al portugués; tal idea debe haber nacido espontáneamente en el espíritu del navegante.
Magallanes sabía sobradamente que su expedición no podría realizarse sin la licencia de aquel soberano, pues había por fuerza de tocar en puertos vedados a toda embarcación no autorizada por el monarca español.
De modo que no fue por resentimiento contra su soberano, ni contra su patria, por lo que el navegante portugués se puso al servicio del pendón español; presentó su proyecto ante el que esgrimía los títulos de posesión de la tierra a la que se proponía arribar. La cláusula del contrato firmado por el audaz navegante con el emperador Carlos V, en la que se establecía la formal prohibición de ofender de cualquier modo los derechos señoriales de la Corona portuguesa, prueban que tampoco el gran monarca estuvo animado del propósito de disminuir las prerrogativas lusitanas. Sin embargo, el hecho cierto de que Magallanes se había expatriado dio verosimilitud a los rumores que lo presentaban como desleal a su país y a su rey al acometer la empresa bajo el pabellón hispánico.
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