LA PENÍNSULA BALCÁNICA: GRECIA, RUMANIA, BULGARIA, YUGOSLAVIA Y ALBANIA


Hemos visto cómo la fuerza irresistible del dominio turco se extendió en la península de los Balcanes, absorbiendo el antiguo Imperio de Oriente, y aun extendiéndose sobre tierras más allá del Danubio y el Save, y cómo esta fuerza decayó, después de la derrota en Viena, a fines del siglo xvi.

Durante el siglo xviii, mientras la Europa Occidental formada por países de fuerte nacionalidad se encaminaba en una senda de progreso que se extendía a los más remotos confines, una opresión dolorosa y un odio feroz entre mahometanos y cristianos, de razas muy diferentes, se cernían sobre las montañas y valles de la península de los Balcanes, avivados por las intrigas de las naciones que los rodeaban.

Volvamos la vista primero hacia el Sur donde aparecía desolada la hermosa Grecia arruinada por los venecianos y los turcos. Cuando la guerra contra Napoleón 1 convertía a Europa en un extenso campo de batalla, los griegos determinaron hacer su último esfuerzo y pelear hasta la muerte por conseguir su libertad.

Surgieron muchos héroes que tomaren el mando y se batieron con frecuencia como leones contra fuerzas superiores en armas y en número, tales Marcos Bozzaris y Constantino Kanaris. Éste atracó su brulote junto al gigantesco barco de guerra del almirante turco que se encontraba en un puerto, y prendió fuego a la mecha; al retirarse por debajo de la popa en un pequeño barquichuelo, advirtió que el fuego se había apagado: rápido como el rayo, volvió a encender la mecha, saltó de nuevo a su embarcación y logró salir del puerto, en momentos en que volaba el barco enemigo.