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CARGA DE LOS ACUMULADORES La carga de los acumuladores puede efectuarse empleando corrientes eléctricas engendradas por cualquiera de los medios conocidos, ya por pilas primarias, ya por maquinas magneto-eléctricas, o en fin por máquinas dínamo-eléctricas. Generalmente deberá proscribirse el empleo de las pilas primarias para cargar los acumuladores, en atención a que el gasto de dichas pilas es considerable, y se dará la preferencia a las maquinas magneto o dínamo-eléctricas. Entre estos dos sistemas es preferible el de las máquinas magneto-eléctricas, porque como en éstas el sentido de la corriente es siempre el mismo, los polos son fijos y no hay que temer una inversión de polos: lo cual puede suceder en las máquinas dínamo-eléctricas. De todas maneras, y aun empleando estas últimas maquinas, debe procurarse que no esté sujeta a inversión la corriente. El problema fundamental que debe resolverse tratándose de la carga de los acumuladores por medio de dínamos, o sean máquinas magneto o dínamo-eléctricas, es el siguiente: Dado un dínamo capaz de producir un número determinado de kilográmetros por segundo, determinar las condiciones de carga de una batería de acumuladores para que el trabajo utilizado sea un máximo. Las fórmulas generales de las corrientes eléctricas, a saber, las que determinan la corriente en función de la fuerza motriz y de la resistencia, y las que determinan el trabajo desarrollado por una corriente eléctrica, resuelven fácilmente este problema en cuyos pormenores no podríamos entrar sin exceder los límites naturales de este articulo. Terminaremos, pues, el punto que nos ocupa con dos observaciones importantes: 1° Cuando una batería de acumuladores ha de cargarse por una máquina magneto o dínamo-eléctrica, es preciso que la fuerza electromotriz de la máquina sea mayor que la fuerza electromotriz máxima de los acumuladores, porque si no, más bien descargaría el acumulador su corriente en la maquina, que la máquina la suya en el acumulador. 2° La segunda observación se refiere a la conservación o duración del acumulador. Mr. Planté asegura que con pares excepcionalmente bien formados, obtenía efectos eléctricos treinta días después de la carga. Mr. Fontaine asegura que, después de seis horas de reposo, un acumulador pierde dos por ciento; con un día de espera pierde asimismo cinco por ciento y con ocho días, veinte por ciento. Sin embargo, no puede hoy darse una regla fija respecto al tiempo de duración de los acumuladores cargados, circunstancia además qua vares de unos a otros sistemas. Así, por ejemplo, en los acumuladores zinc la duración de la carga es excesivamente reducida.
2014 - Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano Siglo XIX. Aviso Legal