Un residuo de la fabricación del gas de hulla que no servía para nada


Durante mucho tiempo el carbón mineral fue utilizado tal como se lo sacaba de las minas. Luego los hombres aprendieron a extraer de él una sustancia que se llama gas de hulla, que es un combustible más limpio y práctico que el carbón.

Como resultado de esta elaboración son obtenidos, además, otros derivados, de olor desagradable y hasta venenosos, pero que sin embargo son útiles en distintas industrias. Entre los principales tenemos: fenoles, amoniaco, benceno, azufre, cianógeno, coque y alquitrán.

Todos ellos tienen numerosas aplicaciones y dan origen a muchos compuestos útiles al hombre, siendo el más sorprendente de todos el alquitrán. Al ver ese líquido oscuro, viscoso y de olor fuerte y desagradable, nadie sospechó su utilidad, por lo que durante mucho tiempo fue considerado un engorroso y maloliente desecho de la destilación de la hulla. Pero vinieron los químicos, lo estudiaron y hallaron que era una mezcla de numerosos compuestos llamados hidrocarburos aromáticos, sustancias que bajo la acción del calor se gasifican y separan. Primero se destila el benceno, a menos de 100°C; luego el tolueno, el xileno y el naftaleno, conocido vulgarmente como naftalina, y, por último, se obtiene el antraceno.