Del benceno surgió un mundo de colores y perfumes
El benceno es un líquido incoloro de olor característico que disuelve muy bien las grasas y otras sustancias, por lo que se lo usa mucho como quitamanchas y en la fabricación de barnices como disolvente de las resinas. Pero lo más interesante es que este líquido incoloro ha dado origen a dos de las industrias más importantes del mundo: la de los colorantes y la de los perfumes artificiales.
Antiguamente, las sustancias tintóreas eran escasas y caras, y se extraían, en su casi totalidad, de productos animales y vegetales. Tan sólo los ricos y los nobles podían usar vestimentas teñidas con algunas de ellas; tal sucedía con el color llamado púrpura real, usado para colorar los mantos de los reyes y las togas de los patricios romanos, que se extraía de algunos moluscos. Pero a partir del descubrimiento del benceno y su destilación, se hicieron en los laboratorios muchos colorantes, que alegraron al mundo con sus hermosos tonos. Así, por ejemplo, un derivado del benceno reemplazó al índigo, tinte de azul intenso, obtenido hasta entonces de la planta llamada añil; lo mismo pasó con la alizarina, tinte rojizo que se extraía de la rubia 'tintórea, vegetal cultivado en Francia. Del benceno se lograron centenares de colorantes nuevos que, con sus matices brillantes y delicados, embellecen nuestras vestimentas, las telas que tapizan nuestros muebles, los tejidos de nuestros cortinados y los innumerables artículos de material plástico que adornan nuestros hogares.
Pero no terminó con esto el milagro que la Química realizó con el derivado del alquitrán. También de él se obtienen sustancias que imitan el aroma de las flores y de las plantas silvestres, tales como las esencias utilizadas en repostería y en la fabricación de perfumes para tocador. Es muy posible que la fresca fragancia de la loción que usamos y el grato olor de nuestro jabón se deban al alquitrán. Y la blanca aspirina, que calma el dolor y ahuyenta la fiebre; la cafeína, que estimula el corazón; las mágicas sulfas, que tantas vidas salvan, y el TNT. o trinitrotolueno, poderoso explosivo, también los debemos al alquitrán, del que actualmente se obtienen más de doscientas sustancias útiles al hombre.
Pagina anterior: Un residuo de la fabricación del gas de hulla que no servía para nada
Pagina siguiente: Todos los días usamos derivados del petróleo