El admirable instinto de que dan pruebas ciertos cangrejos


Una persona que estaba estudiando las costumbres de estos crustáceos se entretuvo en tirar algurvas conchas hacia la cueva de uno de ellos. Una concha fue rodando hasta dentro de la madriguera, y tres de ellas quedaron fuera. El cangrejo, al poco rato, se asomó cautelosamente, miró a derecha e izquierda, y viendo que no había peligro, cogió la concha que había penetrado en su agujero y la llevó a buena distancia de la entrada. Al volver, vio las otras tres, y pensando que también éstas podían caer dentro del hoyo, las cogió una tras otra y las dejó en el sitio en que estaba la primera. Si un perro lo hubiese hecho, diríamos que era muy inteligente; lo mismo debemos decir del humilde cangrejo, que no le va en zaga en esta materia.

Aún no hemos agotado, con lo que dejamos consignado, las maravillas de los cangrejos. Algunos llevan anémonas sobre el caparazón, para ocultarse de sus enemigos. Pero el más raro de todos es el cangrejo de los cocoteros, que se alimenta de nueces de coco. Es conocido científicamente con el nombre de Birgus latro, y vive en las islas del océano Pacífico. Es uno de los mayores de todos los cangrejos. Cava una madriguera entre las raíces de los cocoteros y se nutre de los cocos que caen o de los que él mismo corta con las pinzas, para lo cual trepa por los árboles. Obtenido el coco, le arranca la fibra con sus grandes pinzas para luego golpearlo, hasta que consigue hacer un agujero. Luego, por este agujero, y valiéndose de sus pinzas pequeñas, va sacando el contenido del coco. En algunas ocasiones, cuando tiene las pinzas metidas por el agujero, golpea el coco con violencia contra el suelo, para romperlo. Esta especie de cangrejo es comestible y apreciada, además por los indígenas, quienes derriten ciertas partes de su cuerpo, y obtienen así una buena cantidad de aceite, que se forma en el animal por alimentarse éste de coco, fruto apto, como fuente de tal elaboración, por su abundancia de materia oleaginosa.

La centolla es un cangrejo grande, provisto de un pico hacia adelante, y con el caparazón algo triangular; cubierto éste de espinas y protuberancias, su superficie se halla casi siempre enmascarada por algas, esponjas y otros organismos marinos que el mismo cangrejo ha cortado con sus pinzas y sujetado en dichas espinas.

El mayor de todos los cangrejos es el cangrejo gigante del Japón que llega a medir 3 metros desde el extremo de una pata al de otra, cuando ellas están extendidas.