Caída de Tiro y encumbramiento de Grecia como potencia marítima


Los primeros pasos de los Estados griegos dan materia para una larga e intrincada historia, en la que sería preciso exponer muchos cambios de gobierno y muchas guerras. Encerrados en la península por el triple muro de los montes norteños, viéronse, durante siglos, libres de invasiones extranjeras, por lo cual pudieron desenvolverse conforme a sus temperamentos y a las condiciones del país.

El período brillante de Fenicia no duró muchos siglos. Nabucodonosor tomó a Tiro en el siglo vi antes de nuestra era, y los persas anexionáronse poco después todo el territorio, muy satisfechos de poder echar mano a tan numerosas flotas de navíos que hicieron servir para sus guerras y comercio.

Al derrumbarse el poderío naval de los fenicios, surgió el de los griegos, que llegaron a ser los dueños del Mediterráneo. Comerciando y explorando en todas partes fundaron colonias en gran escala. Además de las de Oriente, las más importantes eran las del sur de Italia y de Sicilia, con el tiempo llamadas la Magna Hélade o Grecia. De la colonia de Marsella, entonces conocida por Marsilia, tres siglos antes que Julio César cruzase el canal de la Mancha, hízose a la vela el fogoso marino y geógrafo Piteas hacia la remota isla de Bretaña, a la sazón tan solitaria y salvaje. Ya hemos leído, en la historia de Egipto, cuan influido estuvo en sus últimos tiempos este país por el comercio y la ciencia griegos desde que estos tenaces mercaderes consiguieron poner el pie en la llamada China del Mediterráneo. Para los griegos el mar no era sino una prolongación de los caminos de la patria.