ADIVINACIÓN
LA ADIVINACIÓN EN LA EDAD MEDIA
En la Edad Media y cuando había prurito de supersticiones y de hablar en griego, se clasificaron una multitud de supersticiones adivinatorias, dándoles a muchas nombres griegos.
Aeromancia: adivinación por la dirección del aire y las nubes.
Astrología (distinta de la astronomía): adivinación por los astros; muy común entre los caldeos: solía decirse astrología judiciaria; y por ella se formaban los llamados horóscopos, negocio de pícaros a costa de tontos.
Augures: inspectores del vuelo de las aves y adivinadores por la calidad de ellas. Era superstición muy común en España en el siglo xi y duró hasta el xvi. Los pobladores de Ávila en la parte alta tuvieron mejores aves que los pobladores de junto al río. El Anónimo de Sahagún dice que D. Alfonso el Batallador consultaba el vuelo de las aves. Las cornejas, cuervos, gavilanes y aves negras o de rapiña, eran malas aves.
Epatoscopía y también aruspicina: era la adivinación por medio de las entrañas y vísceras de las víctimas, no sólo de animales, sino también de hombres melificados. Juliano Apóstata, que se presenta como espíritu fuerte y hombre despreocupado, adolecía mucho de esta superstición inhumana. Los mejicanos y otros muchos pueblos de América propendían a esta horrible superstición.
Geomancia: por signos escritos en la tierra; arena esparcida.
Hidromancia: adivinación por el agua y apariciones de perspectivas en vasos y botellas. El impostor Cagliostro usaba de este medio en el siglo pasado, con gran credulidad de la corrompida y descreída aristocracia de París.
Chiromancia: adivinación por las rayas de las manos; ésta y la adivinación por medio de la baraja (echar las cartas) es industria corriente con que medran gitanas y celestinas jubiladas.
Piromancia: adivinación por el fuego, ondulaciones de las llamas y sus colores.
Pinotismo: industria de ventrílocos, charlatanes, o de artes teúrgicas.
Oniromancia: interpretación de los sueños: con ese arte hizo gran carrera en Egipto José, el biznieto de Abraham, llegando a ser ministro.
Nigromancia: adivinación por la evocación de los muertos. Hoy día han reglamentado esta industria los espiritistas; pero así como los alquimistas de la Edad media jamás pudieron dar con la piedra filosofal, los espiritistas, sobre todo en España, han adquirido el triste convencimiento de que ni los muertos ni aun los diablos saben el número en que ha de caer el premio grande de la lotería, desideratum de la ciencia nigromántica, o si lo saben se han empeñado en guardar el secreto con harto dolor de los numerosos aficionados.
La adivinación en la Biblia
La adivinación en la antigua Grecia y Roma
La adivinación en la Edad Media
La lucha contra la adivinación
La adivinación en la legislación
Las leyes contra la adivinación en España
Cambios en las leyes contra la adivinación