Un pintor fue el que construyó el primer barco de vapor que dio resultados prácticos


Cuando Roberto Fulton fue a Gran Bretaña, su idea era muy distinta de la de construir barcos, puesto que era pintor de retratos. Nació en Pennsylvania en 1765; en 1786 se trasladó a Gran Bretaña, a estudiar pintura, al lado de sir Benjamín West. Allí trabó relaciones con Rumsey, un ingeniero estadounidense, y tanto discutieron sobre planes y proyectos relativos a la navegación de vapor. que Fulton dejó a un lado los pinceles y se entregó de lleno a la nueva idea.

Dotado de ingenio, había ya inventado cosas utilísimas: nuevos sistemas para excavar canales, cortar y pulir mármoles, retorcer cables de acero, hilar lino; para el drenaje de los ríos, y aun para una embarcación que pudiese ir por debajo del agua a atacar a otros barcos. Mas su gran invento fue el buque de vapor. Construyó uno en 1802, pero la máquina era tan pesada que atravesó el fondo del barco y se hundió en las aguas del Sena, en Francia, donde se estaba probando la embarcación. No se desalentó por ello; hizo rescatar la máquina y la volvió a poner en marcha, en otro barco más sólido. Éste pudo moverse, pero lentamente.

De regreso a Gran Bretaña, hizo nuevos estudios y proyectos, y al fin partió para América con su mecanismo desarmado. Al llegar, lo hizo montar convenientemente. Pero es preferible dejarle a él mismo la narración de las fatigas y trabajos que tuvo que sufrir de parte de sus conciudadanos, antes de ver sus afanes coronados con el éxito definitivo.