Acuñación de las diversas monedas y su minuciosa revisión
Los valores de menor denominación se hacen circular en forma de monedas, muy prácticas por su tamaño y por la resistencia que ofrecen al desgaste. La acuñación de monedas es antiquísima, y, en realidad, las monedas fueron una de las primeras formas del dinero.
Los metales utilizados para la acuñación de monedas -níquel, cobre, etcétera,- se laminan convenientemente y las láminas pasan por máquinas que, como fuertes sacabocados, recortan el disco al tamaño requerido. Después de comprobados sus tamaños y pesos, los discos se someten a la acción de máquinas especiales, que tienen los troqueles de acero o matrices, con el diseño de la moneda, el cual estampan a presión sobre ambas caras de cada disco, que queda, así, convertido en moneda de curso legal.
Estas monedas son cuidadosamente revisadas para evitar que cualquier defecto de acuñación pueda hacerlas parecer falsificadas, y luego, con balanzas especiales, se verifica una vez más la exactitud de su peso y, finalmente, se cuentan. Terminada esta operación, las monedas quedan listas.
Tales son, pues, los procedimientos para fabricar el dinero, que no es un valor en sí, sino la representación de la verdadera riqueza de un país.
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