El emocionante encuentro en el centro de la montaña


Por último, los del lado suizo oyeron el ruido de las perforadoras y se dieron cuenta de que los del otro lado se estaban aproximando. Faltaban ya sólo seis metros, luego cinco, después cuatro, hasta que por fin la última barrera fue barrenada por las perforadoras. Entonces se puso en los barrenos la postrera carga de dinamita y se hicieron volar las rocas, abriéndose un agujero de dos metros de ancho. Con general regocijo, se vio que el túnel había quedado abierto, después de haber emprendido desde países distintos la obra de excavación y haberla proseguido a través de veinte kilómetros de roca.