La cosecha del algodón y la separación de las semillas


La recolección del algodón es realizada por hombres, mujeres y niños o por máquinas especiales que, de planta en planta recogen la fibra, fuertemente adherida a las semillas, de tal manera que es necesario hacer la separación antes de poderla utilizar. Esta tarea la realiza, como hemos dicho anteriormente, una máquina desmotadora llamada almarrá. Hecha la separación, el algodón es empaquetado en balas o fardos de 250 kilogramos, aproximadamente, cada uno, sirviéndose para ello de potentes prensas, con lo que queda listo para ser transportado a los establecimientos que han de industrializarlo. Allí, pasando de máquina en máquina, se va transformando, de una pasta, como el algodón hidrófilo que todos conocemos, en cintas, luego en una especie de cordel, para finalmente salir de la última convertido en un hilo, cuyo grosor fue determinado mediante el ajuste de la misma máquina.

Para tener una idea aproximada de la formidable transformación que sufre el algodón durante su proceso industrial, diremos que un kilogramo de hilo del más fino alcanza una longitud de 400 kilómetros. ¡Y pensar que todas las operaciones están exclusivamente destinadas a ligar las fibras entre sí, y a darles consistencia mediante simple torsión!