La aparición de la vida animal en los primeros períodos del mundo


La luz apenas dejaba vislumbrar los oscuros troncos de los árboles. Era una escena sombría y opresiva. Si hubiera habido criaturas conscientes para observarla, habrían sentido un horror indescriptible, pero sólo gigantescos insectos habían aparecido sobre la faz de la Tierra. Los mares, no obstante, se hallaban abundantemente poblados de peces y moluscos.

Al período carbonífero sucedió el terciario, durante el cual se completó la formación de la riqueza petrolera del mundo. La Tierra, entonces, todavía pletórica de vida, había llegado a un estado más perfecto de desarrollo y se había convertido en albergue de muchos mamíferos, incluyendo seres de tamaño prodigioso y forma curiosísima, tales como el ictiosaurio, cuyos restos podemos ver hoy en los grandes museos.

Con los restos de todos estos seres se fueron acumulando los grandes depósitos de materias vegetales y animales. De una manera u otra, sin que se sepa bien cómo, estos depósitos se convirtieron unas veces en carbón y otras veces en petróleo y gas natural. El carbón parece ser principalmente de origen vegetal, en tanto que el petróleo proviene a veces de una mezcla.

El petróleo está almacenado en la Tierra en capas o estratos de roca porosa, tal como la piedra caliza o la arenisca, o en capas de arena o sobre una capa impermeable. Cuando estos estratos se encuentran cubiertos con rocas más duras, tenemos un campo petrolífero ideal.

Nadie sabe cuánto petróleo hay en el mundo. Todos los años se descubren nuevos pozos, pero también todos los años consumimos enormes cantidades en distintas aplicaciones.