De cómo el geómido de bolsas conduce hasta su madriguera las provisiones


Construye su casa con gran habilidad, haciendo sus galerías bien rectas y dejando sus paredes tersas y pulimentadas. La tierra que va arrancando la echa hacia atrás por debajo de su cuerpo, y de vez en cuando se vuelve, cruza ambas manos debajo de la barba y, apoyándolas sobre el montoncillo de tierra removida que ha formado, empújalo hasta echarlo fuera del agujero.

Otra propiedad notable de este animal es que corre hacia atrás con la misma facilidad y rapidez que hacia adelante. Cuando sale a buscar provisiones para sus almacenes, no tiene necesidad de volverse para conducirlas a su madriguera: bástale echar a correr hacia atrás; sale nuevamente de frente, recoge otra cantidad de comida y regresa otra vez con ella, reculando. No hay para qué decir que en todas estas idas y venidas el alimento lo lleva dentro de las bolsas. Si los trozos de comida son demasiado grandes, o si tienen bordes afilados o puntas agudas que pueden dañarle, los corta previamente, a dentelladas, en pedazos. Cuando quiere vaciar las bolsas, oprímeselas por su parte exterior, con las uñas.