Los elefantes expulsados por sus compañeros


Causa pena oír narrar la imperdonable destrucción que se hace de los elefantes, los cuales, una vez domesticados, son tan fieles e inteligentes servidores del hombre. Pero hay elefantes amables, y otros que no lo son. No existe en el mundo entero un animal más terrible que el elefante feroz. Es éste un animal que, por una razón o por otra, ha sido separado del resto de su rebaño y al que sus compañeros no le permiten que se incorpore de nuevo. En tales condiciones se convierte en una especie de bandido. Arrebatado de desesperación y furor, este elefante destruye, por el mero capricho de hacer mal, a cuantos hombres encuentra, derribándolos al suelo, donde los mata con los colmillos o los aplasta con sus enormes patas. Una vez, organizóse en la India una expedición contra uno de estos animales que, en el transcurso de un año, había sorprendido y dado muerte a cerca de cincuenta indígenas. Era un animal monstruoso que, al verse perseguido por treinta hombres montados en elefantes domesticados, los atacó una y otra vez, y para matarlo fue preciso atravesarle el cuerpo con ochenta balas.