El terrible veneno que fluye por los colmillos de la cobra
En el momento de embestir, la cobra abre la boca, dejando ver en su mandíbula superior dos colmillos, los cuales no sobresalen cuando la boca está cerrada; pero lo hacen, amenazadores, al abrirse. Estos colmillos se hallan sujetos al hueso de la mandíbula y obedecen a sus movimientos. La misma acción mecánica, que levanta los mencionados apéndices dentarios, pone en tensión los músculos que oprimen las glándulas del veneno, el cual sale al exterior siguiendo el canal que atraviesa los colmillos; de manera que aquel líquido mortífero penetra inmediatamente en la herida causada por la mordedura y pasa así al torrente circulatorio de la víctima. Sus efectos son parálisis, sofocación, agonía y muerte.
Hecho notable: este veneno, que es mortal tan pronto como se comunica a la sangre, puede ser inofensivo si se traga; mas para ello os preciso que ni en la boca ni en el resto del tubo digestivo existan llagas o heridas.
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