Las pintadas que no dejan de charlar en toda la noche. Los patos


Cuando oigamos de noche constante parloteo de aves, podemos asegurar que hay gallinas de Guinea o pintadas en nuestras proximidades. A estas aves se las descubrió por primera vez en África oriental, de donde fueron llevadas a muchos países del globo, y domesticadas en ellos. Fácilmente se vuelven salvajes, pero cuando se las cuida bien, son tan mansas como las gallinas comunes. Tienen plumaje azul oscuro con manchitas blancas, y la cabeza desnuda. La pintada cafre es una especie vistosa de cabeza roja, cuello azul y casco o cimera amarillo.

Por lo que respecta a los patos, digamos, ante todo, que hay gran número de especies de ellos. Todos los domésticos descienden de los patos silvestres o ánades. Al ver estas hermosísimas aves cruzando el firmamento en raudo vuelo, nadie se imaginaría que ciertas preciosas especies domésticas, como el gran ánade blanco de Aylesbury, son de su misma familia.

Hay dos grupos de patos: de mar y de río, y raras veces se los encuentra juntos. Los patos de mar son, por lo general, mayores, y algunos de ellos, como los mergánsares, se nutren de peces y no son a propósito para comer. Sin embargo, la mayoría de los patos de agua salada y de agua dulce suelen alimentarse de plantas, en especial los patos de los ríos americanos. Estos últimos son muy aficionados al apio silvestre, que abunda en los pantanos. Su carne se considera un bocado exquisito