Todavía quedan por descubrir algunas reliquias del pasado


Los hechos citados permiten suponer que todavía quedan por descubrir muchas reliquias del pasado, que, profundamente escondidas en parajes apartados de todas las vías usuales en ¡os distintos países del globo, jamás han sido vistas por los viajeros ni por los cazadores. Y aún se podría preguntar si ciertos monstruos antediluvianos, que se suponen extinguidos, no viven actualmente en algún escondrijo inaccesible.

Existen en la actualidad escorpiones enteramente análogos a los más antiguos de que se tiene noticia.

El ornitorrinco, curioso mamífero de cuerpo cubierto de denso pelaje, pico de ave y extremidades provistas de membranas natatorias que también le sirven para excavar la tierra, vive hoy en Australia y conserva la misma forma de sus antepasados, que fueron de los primeros mamíferos que aparecieron. Muchos años transcurrieron hasta que los blancos dieron crédito a la historia que los indígenas australianos contaban de este ovíparo; y cuando, al fin, un europeo lo encontró y pudo conocer sus costumbres, apresuróse a cablegrafiar la noticia a Europa y América, con el mismo entusiasmo con que pudiera haber anunciado el descubrimiento de una nueva isla.

Tenemos también la tuatera, reptil como un lagarto, que habita en las islas del nordeste de Nueva Zelanda y que no ha cambiado en el transcurso de las edades su forma primitiva, en tanto que otros lagartos se han modificado considerablemente. Hay más diferencia entre la tuatera y el lagarto común, que entre éste y la serpiente. La tuatera es el único animal del mundo que tiene aún tres ojos. En la parte superior de la cabeza, bajo un pliegue o arruga que lo inhabilita para la visión, se encuentra ese tercer ojo que, según se dice, tuvieron muchos animales en otros lejanos tiempos.

Y los naturalistas se preguntan: Si esos dos animales, junto con el equidna, otro animal que tampoco ha variado, han podido conservar sus primitivas formas a través de tantos millones de años, ¿no habrán sobrevivido hasta nuestros días otras especies de las edades pasadas? Y en la esperanza de que así sea, envían a las regiones inexploradas viajeros encargados de registrarlas, o ellos mismos abandonan sus libros y se ponen en camino. Una de esas expediciones fue emprendida hace años en busca del perezoso gigante de la Patagonia.