Un médico que fue a vivir en medio de los pantanos de África para estudiar una mosca


Uno de los males más temibles que padecen los habitantes de ciertas regiones malsanas de África, es la enfermedad del sueño. Las personas picadas por el insecto que lleva el organismo productor de esa enfermedad, se sienten invadidas por un invencible deseo de dormir, que aniquila su voluntad, y mueren al poco tiempo. David Bruce, notable médico militar británico, había estudiado ya una enfermedad, conocida con el nombre de nagana, que mataba a multitud de caballos y bueyes en ciertas partes de África; y era cosa sabida, tanto por los indígenas como por los colonos, que se debía a las picaduras de la mosca tse-tsé. Algunos creían que esta mosca, como la abeja y la avispa, tenía en el cuerpo una glándula venenosa, y que el veneno salía por el conducto del aguijón. Bruce se propuso averiguarlo, y descubrió que en la sangre de los animales atacados de nagana pululan unos seres diminutos, llamados tripanosomas, que sólo se pueden ver con ayuda del microscopio; y que esos tripanosomas mataban a sus victimas destruyendo los glóbulos rojos de la sangre, que conservan y renuevan la vida de los tejidos. Se cercioró, mediante experimentos, de que una mosca, después de haber chupado la sangre de un animal enfermo de nagana, podía transmitir esa enfermedad a otro que estuviera sano, por medio de una picadura. Cuando luego fue encargado Bruce de estudiar la enfermedad del sueño, averiguó que asimismo era propagada por la tse-tsé en el acto de picar a las personas para chuparles la sangre. El conocimiento de este hecho ha permitido tomar medidas para evitar la propagación de tan terrible dolencia y aliviar a los que la padecen.