Arañas que fingen hallarse muertas y orugas que lanzan veneno
Esta arma poderosa es de gran utilidad a los insectos que no saben fingirse muertos. La araña hace esto último quizá con mayor perfección que ningún insecto conocido. Al presentir un peligro, se encoge y permanece quieta, soportando el más minucioso examen, como si se tratase de un objeto inerte.
Las orugas del género Cerura no pueden cogerse sin precauciones, pues poseen la facultad de lanzar con fuerza un veneno peligroso. En alguna ocasión esta sustancia ha causado vivos dolores y ceguera temporal a los imprudentes que se han atrevido a mirar a esos irritables insectos desde muy cerca. Otras orugas, a falta de líquidos arrojables, disponen de pelos urticantes cuyo roce es doloroso, y se defienden tan bien con estas ligeras armas, que sólo el cuclillo puede comerlas.
Vemos, pues, que son varios los medios empleados por la Naturaleza para proteger a los más humildes seres. Alcanza esta protección a los desiertos, a las selvas tropicales y a las nieves polares.
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