¿Por qué se puede saber nuestra temperatura tomándonos el pulso, simplemente?


La velocidad con que late el pulso y la elevación de la temperatura del cuerpo tienen cierta relación; de modo que cuando el médico cuenta las pulsaciones y ve que aquella velocidad es la normal, espera que la temperatura sea también la ordinaria. Si, por el contrario, las pulsaciones son dos veces más rápidas que en el estado normal, hallará probablemente también que la temperatura es mucho más elevada que en dicho estado, porque lo que es causa de que aquéllas se sucedan con más celeridad es también el motivo de que se eleve ésta. Así, pues, en todos los casos de fiebre, cuando hay alguna sustancia tóxica en el cuerpo, dicha sustancia es causa de que el corazón lata con más rapidez, y de que sean más veloces las pulsaciones, sin contar con que por ella queda también afectada aquella parte del cerebro que rige la temperatura, de modo que tanto el pulso como la temperatura son anormales.