¿Por qué la lluvia puede disolver las rocas?


Existen dos sustancias en la lluvia, además del agua misma, que poseen en alto grado la propiedad de disolver las cosas, sin exceptuar las que, como el granito, parecen desafiar por su dureza la acción de las lluvias más persistentes. Estas dos sustancias son el ácido nítrico y el ácido carbónico. Conocemos ya la historia del ácido carbónico; el nítrico se forma mediante la unión del oxígeno y el nitrógeno del aire, cuando a través de él se producen importantes descargas eléctricas, como ocurre durante las fuertes tormentas.

Estos ácidos desgastan las rocas, y el más débil de ellos, que es el carbónico, es tal vez el que ocasiona más efectos destructores. Va disolviendo gradualmente el duro granito sobre el cual cae la lluvia, transformándolo primero en piedra arenisca, y después en arena. Este proceso es muy lento, pero constante, y uno de los más importantes de la Naturaleza. Estos dos ácidos que contiene el agua de lluvia son más trascendentales aún en sus relaciones con la vida: el ácido carbónico y el nítrico forman parte del alimento de las plantas.