¿Por qué contraen los puentes bajo la acción del sol?


Al contrario, los puentes se dilatan, o aumentan de volumen, bajo la acción del Sol, durante el día y en verano, y se contraen a la sombra, de noche y en invierno; porque el calor posee la virtud de dilatar todos los cuerpos, y el frío la de contraerlos. El frío no es una cosa real, sino sencillamente la ausencia del calor; por lo tanto, podemos decir que los cuerpos ocupan un espacio mayor o menor según el calor que poseen, siempre, por supuesto, que otras circunstancias -como la presión que soportan, por ejemplo- permanezcan invariables. Los metales se dilatan de una manera notable bajo la acción del calor, y por eso se echa mucho de ver este fenómeno en los puentes de hierro o acero que podemos observar por doquier. Si el ingeniero no tiene muy en cuenta que el puente se ha de dilatar bajo la acción de los rayos del Sol, el que se construya no tardará en deformarse, o en romperse tal vez. Tiene, pues, que contar en sus cálculos con la dilatación que el puente ha de sufrir por efecto de los calores a que se verá sometido. Un puente tan largo como el de Brooklyn, en Nueva York, experimenta con los cambios extremos de temperatura una variación en su longitud, hasta de muchos centímetros.