¿Por qué se nos forman ciertos hoyuelos en las mejillas?


Para podernos hacer cargo de lo que es un hoyuelo, preciso será que estudiemos la estructura de la piel y lo que debajo de ella existe. En la mayor parte del cuerpo, la piel con sus capas exteriores callosas y sus capas vivas internas, que contienen los nervios, las arterias y las venas, y renuevan la sustancia callosa diariamente, descansan sobre una capa de tejidos que existe debajo de ellas. Ésta es una capa floja, que contiene cierto número de fibras que corren en todas direcciones, entre las cuales hay numerosas células grasas en las personas que disfrutan de salud, excepto en la piel de los párpados, donde jamás se halla grasa, ni aun en las personas más obesas. Unas cuantas fibras de ésas hállanse adheridas a la cara interior de la piel, de suerte que, aunque podamos mover ésta fácilmente de un lado para otro, sobre la parte fija que hay debajo de ella, este movimiento tiene un límite.

Pero en aquellos lugares en donde hay hoyuelos, como, por ejemplo, en la cara, y a menudo en las articulaciones de las rodillas y los codos, dichas fibras son más cortas y su número es mayor, y por este motivo la piel aparece deprimida y forma hoyuelos en estos lugares. Este mismo fenómeno lo vemos reproducido, de un modo accidental, en muchas cicatrices, que aparecen con frecuencia un poco deprimidas con respecto al nivel de la piel, porque se hallan adheridas a la carne de un modo parecido. Pero las cicatrices difieren de los hoyuelos en que la piel ya no existe encima de las primeras, habiendo sido reemplazada por una nueva sustancia, llamada tejido de cicatriz, en tanto que lo que cubre los hoyuelos es piel sana.