¿Por qué palidecemos cuando sentimos miedo?


La causa de la palidez que invade a una persona, cuando siente temor, hay que buscarla en la circulación de la sangre, que es la que presta al rostro su color en todas ocasiones. Si acertamos a colocar el dedo, en casos semejantes, sobre la importante arteria que late en nuestra muñeca, cuyo efecto llamamos pulso, notaremos que de repente sus latidos han disminuido y se han hecho irregulares; y es porque el corazón late con lentitud excesiva, y no con la energía suficiente para obligar a la sangre a llegar, por las arterias, a la piel, como corresponde a un estado normal.

Tal vez nos cause extrañeza que el miedo pueda influir en el funcionamiento del corazón; pero ello no debe admirarnos, porque tenemos dos nervios importantes, llamados vagos, que bajan uno por cada lado del cuello, desde el cerebro al corazón, al cual transmiten las órdenes del primero. A esta acción cardiaca se agrega una intensa constricción de los vasos sanguíneos de la piel de la cara.