¿Por qué sentimos frío cuando ponemos las manos en agua caliente?
Para comprender esta curiosidad, debemos saber que la Fisiología ha descubierto una ley a la que se dio el nombre de ley de la especificidad de transmisión del estímulo nervioso. Significa que un sentido transmite su sensación, cualquiera sea el estímulo que reciba.
Si comprimimos el globo del ojo se producirá una sensación luminosa. Si rozamos con un dedo el pabellón del oído, nos dará una sensación sonora. Esto significa -y vale para los cinco sentidos- que si excitamos los órganos receptores de un sentido, la sensación que nos transmite ese estímulo es la característica de aquél.
Para percibir diferencias de temperaturas, la naturaleza nos ha provisto de receptores para temperaturas más frías que la de nuestro cuerpo -sensación de frío-, y más calientes que nuestra temperatura corporal -sensación de calor-, y la sensación de frío que recibimos cuando hundimos una mano en agua caliente a más de 45 grados, proviene de lo que se llama frío paradójico, que consiste en que a más de 45 grados las terminaciones nerviosas sensibles al frío reciben el estímulo térmico, y transmiten dicha sensación a pesar de ser calentadas, porque se cumple en ellas, como en el ojo o en el oído, la condición de especificidad de que hablamos en el primer párrafo.
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