¿Por qué no vemos todas las noches las estrellas?


Las estrellas brillan constantemente y envían su luz a la Tierra de continuo; pero no basta esto para que podamos verlas. Para ello es preciso que la luz que nos envían llegue hasta nuestros ojos, y que llegue con la intensidad necesaria. Durante el día, la claridad del Sol no nos permite verlas. Por espacio de mucho tiempo sustentóse la creencia de que, desde el fondo de un pozo muy profundo, podían verse las estrellas en pleno día; pero esto no es verdad. La gente lo creía porque sí, sin tomarse la molestia de comprobarlo por medio de la experiencia, pero cuando al fin se decidieron los hombres a hacerlo, vieron que no había tal cosa. Lo que sí resulta indiscutible es que se ven las estrellas durante los eclipses totales de Sol.

Varias causas ocultan con frecuencia a las estrellas durante la noche. Las nubes las ocultan a nuestra vista de una manera tan completa como si cerrásemos los ojos o corriésemos las persianas. Es curioso pensar que los rayos de luz que recorren tantos millones de kilómetros en dirección a nuestros ojos no puedan llegar jamás a ellos cuando se lo impide un obstáculo tan insignificante, y que encuentran en la última etapa de su largo viaje, como son una nube, una persiana, los párpados o cualquier objeto opaco que cubra los ojos.

La niebla y la calina nos ocultan las estrellas igualmente que las nubes; pero no olvidemos nunca que lo mismo de día que de noche, ya esté el cielo despejado, ya cubierto por la niebla, la calina o las nubes más espesas, ora tengamos los ojos abiertos, ora cerrados, las estrellas no cesan jamás de brillar.