¿Se están formando siempre nubes nuevas en el cielo?


Las nubes se forman y se deshacen continuamente; no hay ninguna que dure mucho tiempo, y su superficie sufre cambios incesantes. La formación de las nubes depende de las condiciones atmosféricas, como, por ejemplo, la temperatura del aire, la cantidad de humedad y de polvo que contiene, la naturaleza de los vientos y el estado eléctrico de la atmósfera en un momento determinado.

Estas cosas varían a cada instante, sin que en conjunto puedan seguir siendo las mismas ni por un momento. La Tierra nunca deja de dar vueltas, lo cual implica que las distintas partes de la atmósfera están expuestas sucesivamente al calor de los rayos solares; aunque el Sol ilumina ciertas regiones por espacio de varias horas seguidas, la rotación de la Tierra es causa de que varíe el ángulo formado por dichos rayos, y, por tanto, la intensidad del calor. El aire es calentado por el Sol, y de este modo aumenta la cantidad de agua que aquél puede contener, en forma de vapor transparente más que en forma de nubes.

De manera que las nubes se hacen y disuelven sin cesar en el seno de la atmósfera, según podrá observar fácilmente cualquiera que se fije en el aspecto del cielo por espacio de algunos instantes.