EL COCODRILO Y EL LAGARTO - Aurelio Bertola de Georgi
Con intencionado y gracioso humorismo búrlase de los aduladores en este apólogo Aurelio Bertola de Georgi, poeta italiano (1752-1798).
Contaba mi abuelita,
Que un pequeño, raquítico Lagarto,
A un Cocodrilo enorme que a la orilla
Del sacro Nilo estaba reposando,
Le dijo un día: - ¡Qué placer tan vivo
Me embarga ¡voto al chápiro!
Al ver en mi vejez con estos ojos,
En país tan hermoso y renombrado,
Uno de mis queridos nietezuelos,
Tan fuerte y poderoso, tan gallardo!
Centenares de leguas he corrido,
¡A fe de buen Lagarto!
Por ver un descendiente tan ilustre.
Un descendiente que me honra tanto.
Nosotros, es verdad, por entre yerbas,
Y por entre guijarros,
Y por las hendeduras de la tierra
Nuestro vientre blanquísimo arrastramos;
Mas nuestra pura, nuestra antigua sangre
Prueba que somos de una raza vástagos.
El señor Cocodrilo,
Poderoso señor, rey de los Saurios,
Tendido cuan largo era,
Pesadamente hallábase roncando;
Así es que no entendió, según parece,
Los lindos cumplimientos del Lagarto.
Con todo, abrió los ojos.
Cuando su buen pariente hubo acabado
Y le dijo:-¿Qué dices?
Explícate, gusano.
El lagarto replica...
Quiero decir que hubiera replicado,
Pero antes que pudiera
Decir una palabra,
Don Cocodrilo estaba ya roncando.
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