La obra que hizo llorar de alegría a Carolina antes de morir


El sobrino favorito a quien Carolina dio parte de sus ahorros, sir Juan Federico Guillermo Herschel, fue más notable astrónomo que su padre. Llevó a cabo las obras empezadas por éste y por su tía; catalogó todas las estrellas visibles en ambos hemisferios, para lo cual hizo ex profeso un viaje a la otra parte del mundo. La mayor alegría de su vida fue poder enviar un ejemplar de esta gran obra a su tía Carolina, poco antes de que ésta muriera.

Por cierto que la anciana señora no pudo menos que llorar de alegría al ver el extraordinario trabajo realizado por su sobrino, y sintió tanta mayor satisfacción cuanto que en este libro estaba también el resultado de la obra empezada por ella, allá cuando ejercía de criada y de aprendiza en el observatorio de su hermano, y continuada después cuando ya era astrónoma famosa.

A tales hombres y mujeres, que con frecuencia luchaban no sólo con la pobreza, sino también con dificultades que hoy día apenas podemos comprender, debemos el conocimiento del cielo, del cual se trazan en la actualidad mapas tan precisos como los de nuestros respectivos países.