El primer cuento de Andersen y sus resultados
-Tú serás la lechera de mi castillo cuando yo tenga castillo –dijo bromeando Hans. Y dibujó burdamente en la pizarra su castillo imaginario. Las pequeñas hadas de su fantasía ya' estaban trabajando para Hans desde este preciso momento. Él comenzó a inventar, y dijo a la niña que procedía de una familia ilustre, si bien las hadas lo habían cambiado de cuna a poco de haber nacido.
La muchacha era muy positivista, por lo que se rió de Hans, y volviéndose a los demás colegiales, dijo: ¡Está tan loco como su abuelo!
En efecto, el abuelo de Hans era loco, de; suerte que la descortés acogida qué mereciera su primer cuento debió dé herir en lo más íntimo al sensible joven.
Para seguir paso a paso toda la historia de Hans Andersen necesitaríamos mucho tiempo y espacio. Aunque bien es cierto que todo cuanto se refiere a este extraño poeta merece ser contado. Nosotros, sin embargo, sólo podemos mencionar los rasgos principales de su vida. Murió su padre cuando el muchacho contaba once años dé edad; por entonces había frecuentado muy poco la escuela, pues se pasaba el tiempo soñando y sin hacer nada útil.
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