Diversas nacionalidades convivían en paz en Polonia


Formando parte de la comunidad, los polacos de las diferentes provincias convivieron con la mayor variedad nunca reunida de nacionalidades, tales como lituanos, rutinios, alemanes, prusianos, judíos, tártaros, bohemios, armenios, sin que se intentase cambiar la ciudadanía de nadie. Los alemanes eran gobernados por leyes alemanas, los judíos por leyes judías, los armenios por las suyas, y así los demás pueblos mencionados.

Todo aquél que realizase una importante labor en beneficio de la comunidad era hecho noble y conseguía el derecho a votar y ser elegido rey. Como consecuencia, la nobleza fue pronto tan numerosa que alcanzó el diez por ciento de la población total. El rey era, en realidad, un presidente vitalicio designado por la nobleza. Al principio sólo podían serlo los príncipes de una misma dinastía, pero después de la muerte de Segismundo Augusto, el último de los Jagellones, cualquier polaco o extranjero que ostentase el simple título de caballero podía aspirar al trono.