Dónde podemos ver juguetes de los niños de la antigua Grecia


Pero la colección que nos traslada a aquellos tiempos haciéndonos sentir la vida íntima de los atenienses, es por ventura la de las figurillas de barro cocido llamadas de Tanagra, por el lugar donde fueron halladas en gran número. Aquellas muchachitas graciosas y delicadas, que juegan y leen, y charlan y brincan en actitudes tan vivas, tan familiares, apenas podemos creer que viviesen hace más de 2.000 años y que hablasen griego y no español. Entre esas figurillas está la de un niñito que despierta en brazos de su cariñosa nodriza. Cuando se lo contempla, parece que le oímos pedir chucherías con qué jugar, como esos de la sala de la vida griega y romana que se ven en el Museo Británico, con sonajeros y muñecas de piernas y brazos movibles, y bolos y libros de lemas para los hermanitos mayores.