Los jefes aliados realizan conferencias en El Cairo y Teherán
No solamente los problemas de la guerra preocupaban a los aliados, sino también los relacionados con la paz. La guerra anterior demostró que las cuestiones surgidas después de terminadas las hostilidades fueron tan perjudiciales como la misma lucha, y por ello constituyó una preocupación de los aliados buscar de antemano soluciones a los posibles problemas de posguerra.
La cuestión alimentaria fue uno de los temas que primero se trataron. En Hot-Springs, Estados Unidos, se realizó una conferencia con asistencia de representantes y técnicos de las Naciones Unidas y se coordinaron planes para el mejor aprovechamiento de los terrenos y las industrias. Las Naciones Unidas habían convenido ayudar a los países liberados y devastados por el Eje, y eso requería una política alimentaria especial; se debían suministrar los alimentos primordiales: carnes y cereales. Para ello también era necesario el desarrollo industrial que proveyera de la maquinaria indispensable para esta producción y la rehabilitación de las naciones liberadas. Las resoluciones de esta conferencia fueron refrendadas en la Casa Blanca por los representantes de las 44 naciones asistentes, en presencia del presidente Roosevelt, el 10 de noviembre de 1943. En concordancia con esto se creó el Comité de Auxilio y Rehabilitación de las Naciones Unidas (United Nations Reltef and Rehabilitation Administration). Este organismo, conocido por la sigla UNRRA, fue el encargado de coordinar la ayuda a los pueblos según fuesen siendo liberados del enemigo, y debía durar hasta que lograran su rehabilitación económica.
En esos momentos existían problemas exclusivamente políticos y militares que requerían inmediata solución de parte de los jefes de los principales países en lucha. La primera de estas reuniones se efectuó en El Cairo, Egipto, pues se encontraban allí de paso, en viaje a Teherán, Churchill y Roosevelt, quienes se reunieron con el generalísimo chino Chiang Kaishek. La conferencia tuvo por objeto formular planes de guerra contra el Japón, el cual sería reducido, tras la victoria, a sus límites de antes de la primera guerra europea.
El jefe del gobierno soviético, José Stalin, Churchill y Roosevelt celebraron una conferencia en Teherán, ciudad capital de Irán, que se inició el 4 do diciembre de 1943; en ella se declaró «el común entendimiento a que se había llegado para garantizar la victoria». Esta declaración desdijo rumores de disidencia entre los tres grandes jefes, que la propaganda enemiga hacía circular. Además se aseguró «la voluntad de cooperación de todas las naciones, grandes y pequeñas». Así, las Naciones Unidas, representadas por los cuatro países que llevaron el mayor peso en esta guerra: Gran Bretaña, Rusia, Estados Unidos y China, coordinaron planes de conjunto para llevar a buen término la contienda y para afirmar la paz sobre un terreno firme.
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