De cómo sus tumbas nos hablan de la vida de los egipcios
Las tumbas así conservadas nos han permitido conocer la vida diaria de los antiguos egipcios hasta en sus mínimos detalles hogareños. Gracias al cuidado puesto por ellos para que los difuntos no carecieran en su vida de ultratumba de nada de lo que les era grato, hoy podemos conocer desde el modelo de la casa que habitaron hasta sus armas, ropas y objetos personales, sandalias, peines, adornos varios, así como los útiles de su profesión: en la tumba del escriba, las paletas, estilos y potes de tintas de colores; en la del músico, sus instrumentos; y en las de los niños, sus juguetes: muñecas vestidas a la usanza egipcia, con sartas de cuentas de arcilla por cabellera; animales tallados en madera y pintados en vivos colores; en la tumba de un general,, todo un ejército de soldaditos de madera, con escudo y lanzas; y detrás, hasta los arqueros. Además, estatuillas representativas de los servidores que trabajaban para el señor: su panadero, amasando para que nunca le falte el pan; su sastre, sus sirvientes, su escudero. La vida entera del difunto, representada en miniaturas perfectamente realizadas, aparece ante nuestros ojos sin faltar ni el mínimo aspecto.
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