Las ciudades que se levantan en ambas márgenes del Rin
Dejando a Colonia, las márgenes del río comienzan a elevarse en verdeantes colinas, y se suceden ciudades tras ciudades, aldeas tras aldeas. Pasamos frente a Bonn, que ya visitamos, y frente a Coblenza, estratégicamente situada en la confluencia del Rin y el Mosela. Allí se cultivan las vides de cuyos racimos se obtienen los famosos vinos que se distinguen con los nombres de ambos ríos, respectivamente, y cuyo comercio es fuente de riqueza para Coblenza y otras ciudades de la zona,
A orillas del Mosela está Tréveris, una de las ciudades más antiguas de Alemania. Su puerta fue edificada por los romanos, y también algunos de sus puentes. Si descendemos allí, sería imperdonable que nos alejáramos sin visitar las ruinas de las termas y del templo que los súbditos del César elevaron hace casi dos mil años.
Desde Coblenza a Maguncia el panorama es delicioso; sobre las enhiestas colinas de ambas orillas levántanse castillos famosos en la historia medieval del país. En todas partes se cultiva la vid y se hallan vestigios de los romanos y de los francos, que ocuparon esas mismas regiones en edades pasadas.
Una figura majestuosa, que se alza en uno de los cerros, nos recibirá al acercarnos a Bingen. Es la figura simbólica de Alemania, de casi quince metros de altura, ceñida su frente con la corona imperial y apoyadas sus manos en el pomo de una espada laureolada. En su pedestal se ven las efigies del emperador Guillermo I, el príncipe Bismarck y varios generales, y soldados de las distintas regiones alemanas. El monumento se llama “La guardia del Rin”, cuyas palabras alemanas se hallan grabadas en la base: Die Wacht am Rhein.
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