El gran grupo de los alimentos de origen vegetal
Si bien los alimentos de origen animal tienen grandísima importancia para el hombre, no es menor la que corresponde a aquellos que nos ofrece el reino vegetal. Tanta es la importancia que a menudo se concede a las dietas vegetales, que mucha gente, los llamados "vegetarianos", sostiene que es la única forma racional de alimentación y la que mejor conviene al ser humano. Sin embargo, el estudio anatómico y fisiológico del aparato digestivo del hombre prueba que naturalmente está conformado para un régimen mixto de comida. En los animales, en cambio, hay algunos que son solamente herbívoros, es decir, que se alimentan de hierbas, como la vaca, y otros que son carnívoros, esto es, comen exclusivamente carne, como lo es el perro.
Entre los alimentos vegetales, los cereales ocupan el primer lugar, y son consumidos por toda la humanidad. Casi la mitad del género humano consume trigo bajo la forma de pan, y el resto aprovecha el arroz o el maíz. Trigo y arroz han sido desde la más remota antigüedad los alimentos predilectos de la raza blanca y amarilla, respectivamente, y fueron base de todos los regímenes alimenticios.
De consumo imprescindible son también muchísimos productos de huerta: hojas de vegetales como el repollo, la lechuga, las espinacas; legumbres como las arvejas, y diversas raíces y tubérculos como la patata, la zanahoria, la remolacha, etc. La preparación culinaria de estos vegetales varía según el tipo, y muchos de ellos se comen crudos, en forma de ensalada, como la lechuga; hervidos, como el repollo; fritos, como la patata, e incluso al natural, como muchos hacen con la zanahoria y los rábanos.
Otro importantísimo grupo de alimentos vegetales son las frutas, particularmente apetecidas por los niños y utilísimas por las sustancias que contienen para el mantenimiento de la salud. El sabor de las frutas varía con la especie, y se las puede clasificar en dulces, como las uvas, y ácidas, como los limones. El consumo de las frutas se hace de las más variadas formas; según el lugar y la calidad de las mismas, unas se comen al natural, como las naranjas, manzanas, mandarinas, uvas, etcétera; otras, secas, como las nueces, avellanas, almendras, y en general todas se pueden comer después de haber sido modificadas por el arte culinario, y preparadas como dulces, jaleas, compotas, etc.
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