Una parte poco conocida de nuestro cuerpo que siempre nos ayuda a sostenernos de pie


El sentido del equilibrio es, en cierto modo, un sentido que nos da cuenta del mundo exterior, como la vista y el oído; porque nos dice en qué relación dicho mundo exterior se halla respecto de nuestros cuerpos. Sin embargo, es enteramente diferente de los sentidos que nos son tan conocidos y al revés de éstos, no está dispuesto para recibir, como el oído y la vista, algo del mundo exterior; por tanto, no está en comunicación directa con la superficie del cuerpo.

Antes de proceder al estudio del órgano de este sentido, debemos decir que recibe otra clase de auxilios o datos para su funcionamiento. Nuestro equilibrio no depende exclusivamente de los órganos de este sentido, situados en la base del cráneo, si bien no podríamos equilibrarnos sin la ayuda de ellos. Cuando estamos de pie, por ejemplo, posición que es mucho más difícil de lo que suele suponerse, contribuyen en gran manera a sostener el equilibrio las sensaciones procedentes de las plantas de los pies. Si la piel de dicha región se embadurna con algo que detenga su sensibilidad o en casos de enfermedad que haya dado el mismo resultado, la posición de pie no nos resulta ni con mucho tan fácil.

Pero la vista auxilia también al sentido del equilibrio. Mientras una persona tenga los ojos abiertos, aunque no esté auxiliada por las sensaciones de las plantas de los pies, puede mantenerse en equilibrio, el cual le será también posible si aparta mucho los pies, pero si los junta y además cierra los ojos, es muy probable que se caiga.