Cómo el alcohol destruye la fuerza de los soldaditos blancos
Hemos visto últimamente que, durante el curso de nuestras vidas, los leucocitos sufren la influencia de muchas cosas, aparte el caso de herida o peligro. Durante la digestión se observa en la sangre un aumento transitorio del número de leucocitos. Todavía no conocemos la causa; pero sabemos que gran número de drogas, muchas de las cuales se suponía ser útiles, perjudican los leucocitos en tal forma que no pueden proseguir su trabajo. Esta es una de las principales razones por las cuales los doctores dan hoy menos medicinas que antes. Han aprendido a confiar más en el poder curativo del cuerpo mismo y no quieren tener la responsabilidad de suministrar drogas que sencillamente estorban ese poder y que probablemente son de acción nula. Entre las cosas que ejercen acción más notable en este sentido está el alcohol. Solamente la presencia de imperceptible cantidad de esta sustancia es bastante para que cese el movimiento de los leucocitos y no se den cuenta de los microbios, que, de no estar presente el alcohol, serian devorados con gran rapidez. Esto explica el hecho de que los hombres y los animales a quienes se ha dado alcohol no curan de enfermedades infecciosas tan rápidamente como los que desconocen esta sustancia tan dañina para la salud.
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